BARRA DE CAÑABOTA: Donde el mar y los guisos se unen

Si hay algo clásico en Sevilla es el tapeo, pero en LA BARRA DE CAÑABOTA, el concepto de tapeo tiene un «plus» gracias a su producto fresco, porque ‘Cañabota’ es mar y brasas, es, como dicen ellos, «Un bar venido a más». Donde los hermanos y propietarios, Guardiola y Juan Luis Fernández, hacen que su oferta gastronómica gire en torno al mar y a ser la mejor pescadería de la ciudad.

En 2016 abrieron las puertas de su restaurante que se encuentra en la misma calle Orfila y en 2019 abrieron su Barra (de la que os estamos hablamos en el post), un poco más informal y desenfadada pero con el mismo espíritu del restaurante. Según entras en el local ya te encuentras con la protagonista que es la barra, donde os recomendamos que comáis. Nos recordó un poco como si estuviéramos entrando en una pescadería, pero mezclado con un bar de los de toda la vida. Al fondo del local tienen algunas mesas bajas y a parte de la barra en la que puedes ver parte del producto del día, tienen dos cocinas para la preparación de los platos. 

Una cosa que nos pareció muy interesante es que la carta cambia cada día. Cuando te centras en que el producto sea el protagonista, te dejas guiar por el mercado, la carta y las recomendaciones del día cambian. Así que lo primero que hay que hacer cuando entras en ‘La Barra de Cañabota’ es escuchar muy bien todo lo que tienen fuera de carta y las recomendaciones. 

De la carta de marisco tenían muchas propuestas, navajas, berberechos, gamba blanca, unos espectaculares carabineros, raya a la mantequilla y pescados del día. Por lo que si sois amantes del pescado y del marisco, estamos seguros que vais a disfrutar mucho de esta barra. Nosotros, como buenos amantes del picoteo, nos centramos en la parte de la carta que era más de cocina de ‘Cañabota’. 

Empezamos con una Gilda para abrir boca, con doble aceituna sevillana, tres guindillas (pequeñas) y lomo de anchoa. Nos cuesta resistirnos a pedirlas porque nos parece que es la mejor forma de empezar con la comida.

Después seguimos con una Ensaladilla de Langostinos. Nos encantó esta ensaladilla de la Barra porque el langostino estaba muy presente. A esta ensaladilla se le podía acompañar con una tabla de salazones, huevas de mujo o mojama de atún rojo. 

Siguiendo con las recomendaciones, nos pedimos las Corquetas de Algas y Espinacas que nos dijeron que eran uno de los grandes imprescindibles de «La Barra». Nos lo creemos porque estaban buenísimas, cremosas y sabrosas. Junto con las croquetas vinieron las Tostas de Sardinas Marinadas. Otra maravilla de la carta. El pan tostado, el tomate y la sardina marinada es una combinación perfecta. 

Como recomendación de nuestro camarero pedimos el Pez Espada en Crudo y Cítrico. Un corte estilo «sashimi» que estaba espectacular donde el toque cítrico de la salsa, el crujiente de las judías verdes y la cebolla encurtida le iba perfecto.

Para terminar nos pedimos uno de sus guisos, los Callos de Bacalao con Garbanzos. Como nos decía nuestro camarero, no hay nada como un guiso de los de toda la vida para terminar una buena comida y, desde luego. Estaban espectaculares y disfrutar de la gelatina de los callos de balao unido a los garbanzos para terminar rebañando cada gota del guiso con pan, fue el broche perfecto.

Nos queda pendiente ir a conocer el Restaurante Cañabota, pero desde luego que la ‘Barra de Cañabota’ merece una visita. Sentarte en la barra y disfrutar con ese producto del mar que tienen, que además miman y cuidan al prepararlo, es una maravilla.