Berlín

Teníamos muchas ganas de volver a BERLÍN. Los dos habíamos estado, pero hacía ya unos años y queríamos redescubrir la ciudad alemana. Berlín es una de las capitales europeas más moderna, en constante cambio y evolución y con muchísima historia a sus espaldas. Además, la cultura del café y su cultura gastronómica nos llamaba mucho la atención. Así que decidimos cogernos unos vuelos y allá que fuimos. Salimos de Madrid un domingo de febrero a primera hora de la mañana y regresamos un miércoles a última hora de la noche.

Es cierto que, a priori, la mejor fecha para visitar Berlín no es en invierno, sin embargo, a  nosotros, dentro de lo que cabía esperar, nos hizo buen tiempo a excepción del último día que se puso a medio nevar. El resto de los días salíamos por la mañana y no volvíamos al hotel hasta por la noche. Lo malo de este horario es que las horas de luz se reducen pero si las aprovechas y madrugas un poco, también se puede viajar en invierno.

Nosotros nos alojamos en el Hotel Lux 11 Berlin-Mitte. Nos pareció que tenía buena relación calidad precio, las habitaciones eran grandes y bien equipadas, y sobre todo se encontraba en la zona en la que queríamos alojarnos. Cerca de Alexanderplatz y del barrio de Mitte.

Muchas de las cafeterías que podréis ver en el post se encuentran relativamente cerca del hotel y el barrio es perfecto para dejarse envolver con sus pequeños comercios y poder conocer la vida diaría de la ciudad berlinesa.

Nosotros contratamos desde España la Berlin Welcome Card. ¿Os la recomendamos? Pues depende. Lleva intrínseca ofertas en diferentes museos y actividades. Nosotros sólo conseguimos utilizar un descuento en el Museo de la DDR. La ‘Berlin Welcome Card’ te sirve para moverte por todos los medios de transporte de Berlín. Según nuestros cálculos y con los precios que vimos, sale un poco más barato (si sólo vas a utilizarla para el transporte) comprar los abonos normales y no la tarjeta.

Si te decides por la ‘Berlin Welcome Card’, en el propio Aeropuerto tienes al menos dos stands en la que recogerla. Importantísimo que llevéis el papel impreso que os mandan en el correo. Nosotros no lo llevábamos y perdimos como una media hora o más hasta que pudieron imprimir nuestra reserva y con pocas ganas.

Berlín es una ciudad en la que la historia reciente te hace vibrar. Aquí os dejamos los que hemos elegido de los que fueron los lugares, monumentos o rincones que más nos gustaron. ¿Empezamos?

El símbolo de Berlín, la Puerta de Brandeburgo. Os recomendamos que la visitéis tanto de noche como de día porque el ambiente cambia mucho. También la luz que la ilumina por la noche le da un encanto especial. Si podéis y os pilla bien, intentad llegar a la Puerta desde la Avenida Unter Den Linden, una de las arterias principales más importantes de la ciudad y en la que además podrás ver edificios de embajadas de diferentes países.

Muy cerca de la Puerta de Brandemburgo se encuentra la sede del Parlamento Alemán, antigua sede del Reichstag con su impresionante cúpula diseñada por el arquitecto Norman Foster. Sin duda merece la pena visitarla. Hay que reservar con antelación. Las fechas más problemáticas son los fines de semana y las épocas que mejor tiempo hace. Desde esta cúpula podrás tener una de las mejores vistas de todos los edificios de Berlín. La visita es gratuita e incluye un audioguía que explica tanto la historia de los edificios que se ven desde la cúpula como el sistema legislativo y ejecutivo de Alemania y el trabajo de los parlamentarios alemanes.

Nosotros lo sacamos casi el día de antes pero tuvimos que ir a hacer la visita a las 8.30 de la mañana. Nuestra recomendación es que según sepas que vas a ir a Berlín y las fechas en las que vas a estar saques las entradas. La visita no durará más de media hora, una hora máximo, por lo que tampoco trastoca mucho los planes que puedas tener cuando organices tu viaje a Berlín.

Monumento a los judíos asesinados en Europa. Este monumento también es conocido como el Holocaust-Mahnmal. Se encuentra también muy cerca de la Puerta de Brandemburgo. Es un monumento conmemorativo compuesto por losas de hormigón de distintos tamaños formando pasillos gigantescos que recorrer pensando en su reciente historia.

También, no muy lejos, hay un Centro de Información en la que se repasa la historia del exterminio nazi, en el mismo lugar donde se encontraban las oficinas centrales de la Gestapo en el pasado. Actualmente este edificio se llama la Topografía del Terror. Este centro de documentación permanente te acercará al oscuro pasado del nazismo y de sus principales instituciones. Una visita gratuita que te llevará un par de horas pero que merece mucho la pena. Te llevará un par de horas visitarlo aunque puedes hacer una visita más light. Lo que cada uno quiera.

Puede que sea otro de los puntos más emblemáticos de Berlín. Fue uno de los pasos fronterizos del Muro de Berlín. En esta zona hay varios memoriales y museos que se pueden visitar para conocer un poco más la historia del Muro de Berlín así como la historia del joven Peter Fechter que murió desangrado sin recibir asistencia tras un disparo al intentar cruzar a la zona occidental. Este punto es una de las zonas más turísticas de Berlín y ojo porque es una zona donde los amigos de lo ajeno aparecen por todos los sitios.

¡Aviso! Tened mucho cuidado con vuestras pertenencias e intentad tenerlas siempre controladas. Suele haber muchos carteristas por la zona.

Desde Alexanderplatz se puede acceder al barrio de Mitte, el que hoy en día es conocido como el barrio judío de Berlín. Aunque tal y como leímos, no existe un barrio judío como tal, pero si en esta zona se encuentran los principales asentamientos que hay en la ciudad. Algunos de los monumentos que puedes visitar en esta zona son el monumento Block der Frauen, el Centro de Ana Frank o el Museo Otto Weidt.

Las galerías de esta zona son famosas. Quizás, la más famosa es en la que se encuentra el Museo de Ana Frank, por su cultura callejera mientras que el resto de galerías se han transformado más hacia el turismo y las compras. También en este barrio se encuentra la Sinagoga nueva y el Antiguo Cementerio Judío en cuya entrada hay una escultura en conmemoración de los miles de judíos deportados.

Otro de los rincones que nos pareció indispensable visitar fue que en los edificios que hay en la entrada de la Shopien Church se pueden apreciar los agujeros de metralla de la Segunda Guerra Mundial.

La Isla de los Museos, donde se encuentra la Catedral de Berlín (Berliner Dom), su cúpula de color verdoso la hace reconocible desde casi cualquier parte de la ciudad. Se puede visitar tanto su interior como su cúpula, aunque nosotros sólo la vimos por fuera.

Lo que sí os recomendamos visitar es el Museo de Pérgamo, para ver la espectacular Puerta de Ishtar, la (extremadamente reconstruida) puerta del mercado de Mileto o el altar de Pérgamo (puedes completar tu visita en el Pergamon Panorama, donde te trasladarás al año 129 dC, mostrando una reconstrucción 360 de la antigua ciudad de Pérgamo).

Es el Ayuntamiento de Berlín, también conocido como el ‘Ayuntamiento Rojo’ debido al color de los ladrillos de su fachada. Se encuentra a escasos metros de Alexanderplatz. Cerca de esta zona está el Barrio Medieval en la que podréis ver la iglesia de San Nicolás o la estatua de San Jorge. Además si hace buen tiempo la zona está llena de tiendas y bares en los que parar a tomar una cerveza alemana.

En esta plaza se llevó a cabo el 10 de mayo de 1933 la quema de libros y hoy en día hay un monumento en el propio suelo  de la plaza en recuerdo de lo que ocurrió ese día. En esta misma plaza se encuentra la Catedral de Santa Eduvigis que es la Catedral Católica más antigua de Berlín.

Es una de las plazas más bonitas de Berlín. Tiene dos iglesias prácticamente gemelas y entre ellas se encuentra la sede de la Orquesta Sinfónica de Berlín. Puede que esta plaza os traslade a Roma si la habéis visitado. ¿Adivináis por qué?

Prácticamente en cualquier recorrido por Berlín puedes encontrar diferentes piezas del muro de Berlín pero sí, en la East Side Gallery podrás ver 103 murales pintados sobre las paredes del muro. Entre ellas el famoso beso fraternal de Honecker, líder de la Alemania Oriental y Breschnew, de la Unión Soviética.

Además. justo al lado, podréis tener una de las mejores vistas de las vías del metro pasando por encima del río. Aprovecha para sacar alguna foto con este fondo. Lo difícil es ser capaz de captar bien el momento.

En el mapa podéis descubrir más lugares para visitar en Berlín.

Desde Berlín se pueden hacer numerosas excursiones. Nosotros esta vez no hicimos ninguna porque preferimos disfrutar de la ciudad con más tranquilidad. En cualquier caso os dejamos algunas ideas de las salidas que se pueden hacer desde Berlín.

POTSDAM

Es una ciudad alemana, muy cerca de Berlín. Indispensable si vas en una temporada en la que no haga demasiado frío. Es considerada como la Versailles alemana y es puro espectáculo con sus jardines y sus palacios.

SACHSENHAUSEN

Campo de concentración de Sachsenhausen. Si nunca has visitado un campo de concentración os recomendamos la visita porque aunque es dura, merece la pena para conocer la historia y lo que allí ocurrió.

CIUDADES CERCANAS

Dresden o Leipzig son otras dos ciudades que no se encuentran demasiado lejos de Berlín a las que puedes ir tanto en bus como en tren.

MARKTHALLE NEUM

Es un mercado que está muy de moda entre los berlineses y que merece la pena visitar si no os queda muy lejos. Perfecto para comer como un verdadero berlinés. Diferentes puestos de comida tanto alemana como de diferentes países para que comas en las mesas que hay por todo el mercado.

Su mercado semanal, donde pequeños agricultores y comerciantes venden sus productos. Los puestos en los que se venden productos gastronómicos sólo abre los martes, viernes y sábados. Además, todos los jueves celebran el Street Food Thursday, una cita gastronómica semanal donde disfrutar de la mejor experiencia gastronómica de Berlín.

Uno de los puestos que más nos gustó es Kumpel & Keule. Allí comimos un par de Frankfurts que estaban realmente buenas, las más ricas que probamos en Berlín. Tienen la carnicería donde puedes comprar las salchichas y directamente te las preparen. Tienen su restaurante muy cerca del mercado, Kumpel & Keule Speisewirtschaft del que os hablamos un poco más aquí.

THE SAUSAGE MAN NEVER SLEEPS

No te puedes ir de Berlín sin probar o llevarte una de las mejores salchichas,  The Sausage Man Never Sleeps, los puedes encontrar los viernes y sábados con un puesto en Markthalle Neum, además de una larga lista de restaurantes por todo Berlín. Siempre buscan nuevas combinaciones de sabores utilizando ingredientes regionales y de temporada, sin ningún tipo de aditivos. Puedes encontrar muchas más cosas en su tienda online.

KAFHAUS DES WESTENS

Estos almacenes se conocen también como KaDeWe. Imprescindibles para hacer compras de productos alemanes si no queréis dar demasiadas vueltas. Aquí iréis a tiro hecho. Un poco turistada pero perfecto para llevar algún regalo o comprar recuerdos.

¿Pensando en comprar algo dulce?

RITTER SPORT

Pues en Berlín tienes dos tiendas de chocolate a las que ir al menos para verlas. Ritter Sport es de las más conocidas, tienen infinidad de tabletas de chocolate con diferentes modalidades. Te llevará un buen rato elegir cuál comprar.

RAUSCH SCHOKOLADENHAUS

La otra tienda en la que nosotros compramos fue Rausch. Tienen todos los tipos de bombones de chocolate que te puedas imaginar. Es más tipo delicatessen, pero merece la pena. Nosotros aquí compramos unas cajas con 24 chocolatinas, que incluían combinaciones de 4 chocolates de su gama Rausch Plantagem, que se obtienen exclusivamente de plantaciones cerca del ecuador. Estaban riquísimas.

DO YOU READ ME?!

Otra tienda que nos gustó mucho la librería ‘Do You Read Me’. Tienen magazines y libros muy variados, con un ambiente que merece la pena pasar a conocer. También disponen de tienda online.

El olor de los rollos de canela que preparan en Zeit Für Brot se puede disfrutar desde la calle. De todos los tipos que te puedas imaginar los hay. De chocolate, de almendra, de nueces… Además, también tienen café de especialidad, perfecto para acompañar a cualquier cinnamon Roll que elijas. Tan sólo adelantaros que empezamos pidiendo uno cada uno y repetimos porque estaban buenísimos. Perfectos para desayunar, para merendar o para cualquier momento que os apetezca. Mucha gente lo cogía para llevar, que es otra opción perfecta.

Aunque un poco lejos del centro de la ciudad, ya os decimos que Silo Coffee merece mucho la pena. Sus dueños australianos, al llegar a Berlín hace unos años se dieron cuenta que faltaba un sitio donde poder tomarse un buen café. ¡y así empezaron! A un buen café de especialidad le añades unos pancakes con crema de mascarpone, coulis de frutos rojos y naranja y pistachos, y empiezas el día de forma inmejorable. Pero tienen mucho más.

Uno de los templos del café de especialidad en Berlín y en Europa. Pasar a tomar un café por The Barn Roastery debería estar incluido en cualquier visita a la capital alemana. Sentarse en su barra con vistas a la calle, pedir algo de comer con tu café y a disfrutar. Es uno de los mejores cafés que hemos probado. Además, tienen un espacio para poder elegir alguno de los cafés que ellos mismos tuestan o elegir alguna revista o libro para traerte de recuerdo. Nosotros compramos una caja que vendían con paquetes de unos 35 gramos con diferentes variedades. Nos los trajimos a Madrid para disfrutar de The Barn en casa.

Nos pillaba muy cerca del hotel y nos los habían recomendado mucho. Five Elephant es un tostador de café de especialidad y tienen varias cafeterías en Berlín. Un día que pasábamos cerca, después de andar unas cuantas horas por las calles de Berlín decidimos que era un buen momento para tomar un café en su local. Nosotros nos lo tomamos en la barra que tienen al final. Es un local más bien estrecho pero mucha gente vimos que lo pedía para llevar. También tienen cookies o algún bizcocho para acompañar con el café.

Esta cafetería nos apasionó. Después de comer en Markthalle Neum nos dimos un paseo hasta llegar a Bonanza Coffee Roaster, para tomar uno de los cafés que más fama tienen en Berlín. Allí mismo tienen su tostador y la verdad que impresiona bastante. Es un lugar especial. A medio camino entre un lugar industrial y una especie de granero, o eso al menos es a lo que nos recordaba a nosotros. Un interior muy luminoso, decorado con madera y muchas plantas donde podrías pasar horas y horas disfrutando de tu café.

Todo lo que vaya acompañado de la palabra Donut, hay que probarlo. En Brammibal’s Donuts, preparan donuts veganos y están riquísimos. En la entrada tienes la vitrina donde elegir cuál de todos quieres probar. Os adelantamos que no es tarea fácil porque todos tienen muy buena pinta. Los hay rellenos y otros que aunque no tienen relleno van cargados de topping.

Por supuesto, a uno de chocolate no nos pudimos resistir. Y no hay una merienda completa, sin un buen café de especialidad. Utilizan café de Populus Coffee, un tostador familiar con raíces en los países nórdicos y con base en Berlín, muy cerca de la tienda de Brammibal’s Donuts que nosotros visitamos, pero tienen varias localizaciones en esta ciudad.

Una de las cosas que más nos gustó de Berlín es que tienen restaurantes muy interesantes a precios bastante razonables. Además, la variedad en cuanto a tipos es impresionante. La mezcla cultural que hay, hace de Berlín que sea una ciudad muy interesante también desde el punto de vista gastronómico.

Hay algunos clásicos como Curry 61 o Curry 36 (que nosotros se nos quedaron pendientes) donde probar las famosas Currywurst, salchichas cocidas o a la brasa acompañadas de Kétchup y curry. ¡Ah! Qué no falten las patatas. Un emblema de la comida callejera berlinesa. Un clásico para comer en Berlín (muy turístico) también es el Restaurante Maximilian, un restaurante bávaro tradicional donde beber cerveza alemana, comer salchichas o disfrutar de un auténtico codillo. Pero aquí os dejamos nuestra selección de restaurantes, se te hará la boca agua.

Nos costó encontrarlo y en el post os contamos cómo hacerlo pero el pastrami de Mogg merece la pena. Su Sándwich Reuben nos encantó. Con queso suizo, pastrami, aderezo ruso y repollo en vinagre tostado. Al más puro estilo neoyorquino, su simpático dueño os aconsejará si tenéis cualquier duda y si os descuidáis os dará charla un ratito preguntando de dónde sois o cómo lo habéis conocido.

Nuestra primera comida en Berlín fue en Kebap With Attitude. En pleno barrio de Mitte estos chicos han creado su propia filosofía alrededor del Kebap. Nada que ver con lo que te puedas imaginar acerca del típico Kebap que te tomas a las 5 de la mañana saliendo de fiesta. Carne de calidad, pan de calidad y siempre respetando la tradición. Tienen además de un humus para volverse loco y varios formatos para comer kebap.

Sólo con leer Braufactum se nos hace la boca agua. ¡Qué bien cenamos! Salchichas, una hamburguesa y bien de cerveza alemana. ¿Se pude pedir más? Además, aunque hay dos locales os recomendamos sin duda ir al de Hausvogteiplatz [cerrado] porque la cocina que tienen es impresionante y si tienes suerte (como nosotros) los puedes ver como cocinan a la parrilla sus carnes.

Fuimos con muchísimas ganas de probar Kumpel & Keule Speisewirtschaft porque en la carta habíamos visto que tenían las salchichas de su carnicería (Kumpel & Keule). Aunque no nos pillaba demasiado cerca decidimos que merecía la pena. Nuestra sorpresa fue que cuando llegamos y leímos, la habían cambiado y ya no tenían las salchichas en la carta. Para colmo, nos dejamos las tarjetas de la cámara en el hotel (foto de Kumpel & Keule Speisewirtschaft).

A pesar de ello todos los platos que probamos fueron una pasada. La hamburguesa estaba riquísima. El ambiente era muy bueno y la carta para los amantes de la carne es perfecta. Todo acompañado, por supuesto, de cervezas alemanas.

Debajo de las vías del tren está Burgermeister, una de las hamburgueserías más famosas de todo Berlín. Un mini local en la que con pocos tipos de hamburguesas tocas el cielo. No te olvides de acompañarlas con patatas fritas. Es una experiencia de lo más callejera. Eso sí, lo normal es que haya bastante cola para pedir. Mejor ir sin prisa.

Una cervecería típica berlinesa en la que comimos el codillo típico alemán. La amabilidad del camarero más bien fue la justa. A pesar de estar no muy lleno el local nos dijo que como máximo podríamos estar una hora en el local. Pero luego en realidad no hubo ningún problema.

Además del codillo, y que estaba muy rico, probamos unas albondigas que nos dijo que eran típicas. Realmente buenas. Todo acompañado de cerveza alemana. Si queréis probar comida alemana más típica alemana, este restaurante puede ser una opción muy buena.

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Hasta aquí nuestra «Guía de Berlín». Esperamos que os ayude a planificar vuestro viaje y que podáis disfrutar tanto como nosotros lo hicimos. Si tenéis cualquier duda o queréis algo de información más detallada, mándanos un email.

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