Valencia es sinónimo de muchas cosas, de paellas, de mar, de naranjas pero también de Horchata. Siempre que nos acercamos por la zona no puede faltar una tarde (o varias) en la que vayamos a por un buen vaso de horchata muy fría y casi siempre acompañado de un farton.
Este año nos hemos atrevido a hacerla en casa. Un día que fuimos a Pepita & Grano, nuestra tienda de referencia para comprar productos a granel y vimos que había chufa, no nos lo pensamos dos veces y la compramos. Nos ha encantado lo sencilla que es la receta y lo rica que sale.
¿Te atreves?
INGREDIENTES
• 300 g de chufas
• 1 L de agua
• 6 dátiles
• 1 trozo de piel de limón
• Una cucharadita de canela
• Colador de tela
PREPARACIÓN
1. Lavar las chufas hasta que el agua salga limpia. Poner las chufas a remojo durante 12h en agua fría. Si el ambiente no es demasiado fresco, mejor meter el recipiente en la nevera.
2. Una vez pasadas esas 12 horas, hidratar en agua los dátiles. Les quitamos el hueso y los cubrimos con agua. Dependiendo de lo secos que estén los dátiles hay que dejarlos en remojo entre 30 minutos y 1 hora.
3. Quitamos el agua a las chufas y las metemos en un procesador de alimentos. Nosotros utilizamos la Thermomix para triturarlas. Añadimos una tira de piel de limón, la canela y los dátiles. Trituramos todo.
4. Probamos que esté en el punto de dulzor que buscamos, para poder añadir más canela, una cucharadita de azúcar, etc… (lo que quiera cada uno)
5. Ahora hay que colar la mezcla antes de pasarla al recipiente definitivo. Para colarla hay que utilizar un colador de tela (el colador normal de cocina va a dejar pasar mucho residuo que se notará al tomar nuestra horchata).
6. Ya en el recipiente definitivo, dejamos enfriar en la nevera y tendremos lista nuestra Horchata.
Es mejor tomarla en pocos días (2-3 máximo), más que nada que no lleva ningún tipo de conservante. Ya nos contaréis que tal os ha salido pero os aseguramos que merece mucho la pena.
*Con el sobrante de la chufa, podéis dejarlo secar o incluso ponerlo en el horno (a poca temperatura para no quemarlo) y una vez esté seco, triturarlo y usarlo como harina para preparar bizcochos o galletas, como nuestras galletas (pero sustituyendo la harina de avena por esta preparación).
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