KIRO SUSHI: Más que una barra omakase, es cultura nipona

La experiencia en KIRO SUSHI hay que vivirla. No podemos empezar diciendo otra cosa. Es como adentrarte en un mundo de paz, de silencio y de culto al detalle. El chef Félix Jiménez está a los mandos de esta barra de sushi de tan sólo seis comensales, con un menú cerrado de 150 euros por persona y en el que las reservas están más que codiciadas. A priori, se podría pensar que cómo van a estar hermanados Logroño y Japón, pues ya os decimos que lo están y es, sin duda, gracias a esta experiencia inmersiva en el país nipón.

Hace unos meses que se cambió de local ya que Félix no estaba conforme con la experiencia y decidió trasladarse a un local más reducido en el que todavía, si cabe, la intimidad era mayor y de esa forma todo aquel que se sentara en su barra pudiera sentir todo lo que él quiere transmitir con su propuesta gastronómica y espiritual. 

El pequeño local es como adentrarte en una pequeña cápsula del tiempo y del mundo en la que sin darte cuenta ya estás en Japón. Cuando visualizas la barra y las seis sillas, la luz tenue te atrapa y la música pronto hará que comiences a relajarte y, por otro lado, sin duda, a estar expectante. A partir de este momento y cuando Félix aparece ya no puedes parar de prestarle atención a cada movimiento, a como va preparando el arroz, cada pieza del pescado o el propio wasabi, rallado al momento.

Tampoco os queremos contar muchos detalles porque, desde luego, ir con la expectativa (con ese puntillo de incertidumbre) y la curiosidad de qué te vas a encontrar, cómo es el local por dentro y qué vas a comer es, sin duda, una de las mejores partes de lo que podrás encontrar en ‘Kiro Sushi’. En definitiva, dejarte llevar.

La forma en la que Félix Jiménez trabaja el sushi es la forma tradicional denominada «Edomae», creada en el siglo XIX por un cocinero que vivía en la antigua ciudad de Tokio. La base de esta forma más tradicional de preparación del sushi reside en que al no contar con formas de conservación del pescado a través del frío, se tenía que hacer con otras técnicas como los salazones, el vinagre o la propia parrilla. Además, en muchos de los nigiris podréis ver como cada pieza es pincelada con «Nikiri», una mezcla casera de salsa de soja y mirin. 

Otra de las cosas que más nos sorprendió es que para beber sólo hay agua y té, por lo que también hay que tenerlo en cuenta a la hora de no llevarte sorpresas. No sirven bebidas alcohólicas y siendo sinceros, nos parece una idea estupenda. Pero os diremos que elaboran un té verde de arroz tostado espectacular para maridar toda la experiencia.

Desde que la secuencia de nigiris comienza, ya no hay vuelta atrás porque ya estás inmerso en la «experiencia Kiro». Y como al final probamos una gran cantidad de nigiris, como es lógico, tampoco os vamos a enseñar todos. Por eso hemos hecho una selección de las piezas que probamos, aunque no os los mostraremos en el orden que los comimos, porque al final, el orden de cada experiencia depende del chef. Como es el caso de este Nigiri de Gamba blanca y ralladura de lima, con el que vamos a empezar este pequeño recorrido.

También probamos unos nigiris de Hamachi y vieira a la parrilla, después vinieron varias secuencias de atún ejecutadas de diferente forma, como el de lomo de atún o el morrillo marcado en las brasas. Y a continuación, este par de nigiris (que os mostramos en las fotos), uno de Salmón al sarmiento y otro nigiri de la parte semigrasa del atún, que fue un espectáculo.

Como intermedio de nigiris, llegó el temaki de atún. Que puso el broche a la parte del atún, para continuar con un Nigiris de Mújol (foto de la izquierda), que nunca habíamos probado antes. se trata de un pescado de la costa de Cádiz. Y el Nigiri de Dorada a la parrilla (foto de la derecha), qué saborazo. Ambos nos parecieron espectaculares.

Y llegó, lo que vamos a denominar cariñosamente como «El festival de la anguila» en sus diferentes formas y preparaciones en la que nos maravilló el Nigiri de Anguila al estilo de Nepal, en el que el pescado viene completamente recubrimiento de especias (no picantes) creando casi una costra y con un interior super jugoso.

Y como os decíamos que fue un festival de anguila, también probamos un nigiri de Anguila ahumada con sarmientos, a la parrilla estilo Sirayaki o al estilo Kabayaki (foto de la derecha), en la que se va pintando la anguila para que se vaya caramelizando poco a poco, hasta conseguir un tostado y un sabor semi dulce perfecto. Pero no nos podemos olvidar tampoco de la reconfortante Sopa de anguila, como intermedio y para terminar de redondear este festival.

Os diremos que no vienen todas las piezas de anguila seguidas, ya que es un pescado muy graso y aunque sean piezas pequeñas, es bueno combinarlo con otros pescados menos pesados, con es el caso del Nigiri de Cigala (foto de la izquierda), cocinado ligeramente y con una textura perfecta.

Y ahora sí que sí, como culminación para terminar la experiencia en ‘Kori Sushi’ llega el momento de el Tamagoyaki, es una especie de tortilla de huevo, un tanto dulce, y que puede denominarse como el postre de este viaje a tierras niponas, aunque en algunos lugares de Japón también puedes encontrar el tamagoyaki preparado de forma salada.

No podemos explicar casi con palabras la experiencia y el viaje gastronómico y espiritual que nos ofreció Félix Jiménez. Cada palabra y cada gesto mostraba el mayor de los respetos por lo que estaba haciendo y al finalizar la breve charla que mantuvimos con él, junto con el resto de comensales nos hizo salir no sólo con el estómago lleno sino con el corazón y el espíritu un poco más reconfortados.

Para nosotros, sin duda, fue una de las mejores experiencias en una barra de sushi que hemos tenido y que esperamos poder repetir pronto haciendo una escapada de nuevo a Logroño y si eres de los que verdaderamente aprecia la calidad del producto, de cada preparación, de cada ritual, suponemos que con lo que te hemos contado estarás a punto de abrir su web para realizar una reserva (eso sí, solo se abre reservas un día y a una hora determinada del mes), así que piensa una fecha próxima y reserva porque no te arrepentirás.