Una de las cafeterías de especialidad que se encuentra por La Latina y en las que parece que se para el tiempo cuando entras. Tenemos que confesar que hace bastante que conocemos SLOW CAFÉ y a la que hemos ido a tomar café bastantes veces, sobre todo porque es de las que abre los domingos por la tarde, pero tenemos que decir que no habíamos ido a probar su carta de desayunos hasta ahora.
La verdad es que su local, un antiguo taller de serigrafía, que ha conservado sus antiguas vigas de madera, el suelo original de hormigón y las ventanas y contraventanas que dan a la calle, es una maravilla. La luz de la cristalera que entra por el ventanal, las plantas y el estilo industrial del local lo hacen muy agradable e invita a quedarse un tiempo disfrutando de una buena taza de café. Una cosa que nos gusta mucho y nos llama la atención, es su decoración y mezcla de muebles vintage, haciendo que cada espacio de la cafetería sea completamente único y diferente.
Qué tomar en Slow Café
Como os contábamos, esta vez fuimos, por fin, a probar su carta de desayunos y lo primero que nos sorprendió fue la variedad de opciones que tenían y lo apetecibles que eran todos los platos. Como extra, los fines de semana tienen menú Brunch, con plato del día, con zumo de naranja, café o infusión, mini bowl de yogurt con granola y frutas y, para terminar, un dulce casero.
BRUNCH
Como nosotros no fuimos en finde, tenemos pendiente ir a probar el Brunch, pero sí que os podemos contar y enseñar qué es lo que probamos. «First things, first». Lo primero es lo primero. Café con leche y flat White para comenzar la mañana.
Empezamos con uno de sus Bowls con yogurt griego con granola casera, fruta fresca y miel o melaza. Nos encantó la granola combinada con la fruta fresca y nos gustó mucho que el bowl era bastante contundente. También de bowls tienes las opciones de porridge y el de crema de aguacate, granola, nueces, arándanos y miel.
SÁNDWICHES Y TOSTADAS
Después pedimos dos de sus tostadas. Tienen bastante variedad de tostadas y para todos los gustos. Elegimos la Tostada con smash de aguacate y lima, queso feta y tajín por recomendación del camarero. La otra que pedimos fue la Tostada de jamón serrano con tomate. Tanto la una como la otra estaban riquísimas y el pan también muy bueno. Nos encantaron. Otras opciones son la tostada de queso cottage, tomates cherrys confitados y albahaca fresca o la de crema de cacahuetes casera, ricota y brevas que tenía una pinta buenísima.
No os podéis perder de ‘Slow Café’ alguno de sus sándwiches. El Sándwich de jamón y queso cheddar se ha convertido en uno de nuestros favoritos. Está riquísimo. También tienen un sándwich de batata asada, queso gorgonzola con espinacas frescas y nueces o el de sándwich con crema de ajo, jamón serrano, queso raclette y rúcula. ¿A qué tienen buena pinta? Están riquísimos.
Si todavía te queda algo de hueco o te apetece algo más dulce, acércate a su vitrina porque tienen unos Bizcochos caseros con buenísima pinta. Aunque los hemos probado alguna vez, esta vez que desayunamos ya no teníamos hueco para más.
Para nosotros ‘Slow Café’ es una de las cafeterías de referencia del barrio. Ha sabido hacerse un hueco perfectamente y generar clientela habitual. Además, es como entrar en una especie de oasis entre el bullicio de estas calles llenas de locales y gente. Merece mucho una visita y dejarse atrapar por su atmósfera.
Dirección: Calle del Mediodía Grande, 20, 28005 Madrid
Teléfono: n. d.
Precio medio: 10-15€
Y aquí os dejamos la ficha resumen de nuestra visita a ‘Slow Café’:
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